La oleada revolucionaria de 1830 comenzó en Francia y se extendió a Bélgica y Polonia. Fue una revolución liberal como las anteriores pero con un destacado componente nacionalista.
La revolución comenzó en París, en una crisis agrícola y financiera y la presión de los que apoyaban a Luis Felipe de Orleans para cambiar la dinastía de los Borbones. El principal motivo revolucionario fue la aprobación de las cuatro ordenanzas de 1830 que suspendieron la libertad de prensa, disolvieron las camaras, redujerón la base electoral y permitieron goberna por decretos. Las tres gloriosas jornadas del 28, 29 y 30 de Julio con barricadas en las calles de París , unidas al ejercito obligaron a exiliarse al rey Carlos X.
Así se inició el reinado de Luis Felipe de Orleans (1830-1848). Este rey estaba opuesto a los principios de la restauración y dispuesto apoyar los movimientos revolucionarios que surgieran en Europa. Pero poco a poco fue ignorando los principios liberales y aumentando sus ideas autoritarias.
Bélgica y Holanda formaban los Paises Bajos desde 1815 pero había varias diferencias entre ellas: de tipo religioso y económico. La independencia Belga se alcanzó en 1831 apoyada por el Reino Unido y Francia. Su constitución de 1831 fue modelo para todas las monarquías constitucionales de Europa.
Bélgica fue declarada como nación neutral hasta 1914.
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